De humilde origen, su padre, Antonio Morales Pintor, el tío Ratón, célebre por su longevidad (vivió 106 años), era jornalero. Ingresó en el ejército como recluta, llegando a brigadier y gobernador militar de la plaza de Melilla. Incorporado a la Guardia Civil, alcanzó el grado de coronel y, entre sus servicios más sobresalientes, destaca la campaña emprendida para la extinción del bandolerismo en Andalucía, llegando a conocérsele como el Terror de los Bandidos. Se casó con Martina López de Haro, en San Clemente (Cuenca). Retirado a su pueblo natal, desdeñó lujos y consideraciones especiales, contentándose con alojarse en la modesta morada de su padre hasta el final de sus días.