Republicano almeriense que liberó París en 1944 del yugo nazi. Aunque su familia era de Roquetas de Mar, nació circunstancialmente en Adra donde su padre estaba destinado como carabinero, el día 27 de enero de 1921. Allí fue bautizado, allí dio sus primeros pasos y allí está su partida de nacimiento. Sin embargo, nuevos traslados de su progenitor llevaron a la familia a un largo periplo por nuestro país: Cádiz, Madrid y, finalmente, Badalona, donde asisten al inicio de la Guerra Civil Española. Rafael solamente tiene 15 años.
Es llamado a filas por la Quinta del Biberón, aunque no es movilizado porque consigue entrar en el cuerpo de carabineros, trabajando como enlace ciclista para Correos y el Ministerio de Hacienda. Al acabar la guerra abandona España por los Pirineos junto a su padre, siendo recluido en el campo de concentración de Saint-Cyprien, donde recibe un trato inhumano de las autoridades francesas. Tras cuatro meses de confinamiento, logra alcanzar Orán con documentación falsa. Rafael encontró trabajo como zapatero y fue allí donde comenzó a contactar con otros jóvenes españoles ávidos por enrolarse en las unidades militares aliadas que había en el norte de África.
Acaba de empezar la Segunda Guerra Mundial. Rafael abandona su oficio de zapatero y se alista voluntariamente en los Cuerpos Francos de África. Le admiten como conductor y lo movilizan a Túnez, con uniforme y armamento británico, donde se estaban librando duras batallas contra el África Korps del mariscal Rommel. Tras la campaña de Túnez, marcha a Temara en Marruecos, donde se está gestando la Segunda División Blindada de la Francia Libre, bajo las órdenes del mítico general Philippe Lecrerc. Rafael se alista y queda adscrito a la Novena Compañía del Tercer Batallón, “La Nueve”, unidad formada mayoritariamente por jóvenes españoles. Comienza así, un largo periplo bélico que le llevará por los principales frentes europeos, tales como el desembarco de Normandía, la Bolsa de Falaise y la liberación de París en agosto de 1944.
En París entró, a bordo del half-track Guernica, la noche del 24 de agosto, junto a un grupo de españoles entre los que se encontraba el también almeriense José Góngora Zubieta, cuando la ciudad aún era defendida por más de 20.000 soldados alemanes. Tras la liberación de la capital gala, “La Nueve” se encaminó hacia Estrasburgo y participó en las cruentas batallas del bosque de Colmar y de Grussenheim, siempre a la vanguardia de la división. En 1945, alcanzan el Nido de Águilas, el refugio alpino de Adolf Hitler, anticipándose a los paracaidistas norteamericanos de la famosa compañía Easy. Allí obtuvo como botín de guerra una taza de plata del juego de té del propio Führer grabada con un águila y una cruz gamada. El Nido de Águilas fue el colofón de una larga aventura bélica que se inició seis años atrás y también fue el lugar donde se conoció el final de la guerra.
Tras acabar el conflicto, Rafael Gómez Nieto regresó a Orán donde retomó su profesión de zapatero y donde conoció a su esposa Florence (Flora) con la que tuvo cuatro hijos. En 1957 la familia abandona Argelia y emigra a Francia, a Lingolsheim, muy cerca de Estrasburgo, donde comienza a trabajar en el sector de la automoción, empleo que con diversos cargos mantendrá hasta su jubilación en 1981.
Rafael Gómez Nieto llevó a partir de entonces una vida sencilla y humilde, llena de dignidad y honestidad. Había sido, sin quererlo, un luchador anónimo por la libertad, historia que jamás contó, hasta que la periodista alicantina Evelyn Mesquida la rescató del olvido, a la vez que convenció a las autoridades francesas de la amplia y decisiva participación de los soldados republicanos españoles en la liberación de París. Iniciado el siglo XXI, llegaron los reconocimientos. En 2004 se le concedió la Medalla Bermeja de la ciudad de París por su labor en la liberación de la capital. En julio de 2012, recibió la medalla de Honor de la Legión Francesa, el mayor y más importante galardón militar del país galo. En 2017, el ayuntamiento de Madrid dedicó una plaza de la ciudad a la mítica compañía “La Nueve”.
Rafael Gómez Nieto falleció a los 99 años de edad en Estrasburgo, la ciudad que Lecrerc juró que libraría del fascismo, costase lo que costase, compromiso en el que participó decididamente este abderitano, junto a otros muchos españoles. Un republicano almeriense, un combatiente anónimo por la libertad, un hombre bueno y digno, testigo de excepción del mayor acontecimiento bélico que ha alumbrado la historia de la Humanidad: la Segunda Guerra Mundial.
MESQUIDA, Evelyn (2010): “Republicanos españoles en la liberación de París”. En: MARTÍNEZ LÓPEZ, F.; CANAL, J.; LEMUS LÓPEZ, E., París, ciudad de acogida: el exilio español durante los siglos XIX y XX, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC): Marcial Pons, págs. 299-306.
VICIANA MARTÍNEZ-LAGE, Alfonso (2014): Almería, cinco historias necesarias. Almería. Instituto de Estudios Almerienses.