De familia acomodada, su padre era médico, estudió en el colegio de las Jesutinas, mostrando desde niña una gran afición por la pintura. Fue alumna de don José Tola en la Escuela de Artes de Almería, realizando su primera exposición en 1947, con tan sólo 17 años, junto a otros pintores almerienses.

Participa tangencialmente en la eclosión del Movimiento Indaliano a finales de la década de los años 40, incluyéndole en 1948 en la I Exposición de Arte Español Contemporáneo, celebrada en Almería. Era la única mujer de los veinte artistas participantes. Presentó las obras “Barro de Níjar” y “Vajilla”.

Ese mismo año participa en la Exposición de Artistas Noveles de Educación y Descanso, obteniendo el primer premio en Dibujo y el tercero en óleo.  Su temática principal eran los bodegones y retratos.

En enero de 1949 inauguró su primera exposición individual, siendo la catedrática de literatura Celia Viñas quien le hizo la presentación: “La verdad es el objeto, y la belleza la atmósfera. Ambas luchan en sus cuadros, los dos paladines del pensamiento y el sentir”. Durante la misma, el alcalde de la ciudad le impuso la medalla que obtuvo en la Exposición organizada por "Educación y Descanso" del año anterior. En septiembre de ese mismo año participa en el Primer Certamen provincial de Pintura.

Con tan solo 18 años ya se había convertido en una joven promesa artística. Participó en el I Salón del Poema Ilustrado celebrado en la Biblioteca Francisco Villaespesa, junto a la poesía de Manuel Faura” Don Quijote y el Paisaje”.

En 1951 comienza sus estudios artísticos en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, dirigida en aquel momento por el pintor Julio Moisés Fernández Villasante. Allí coincidió con artistas como Antonio López, Lucio Muñoz o Demetrio Cascón, quien se convirtió posteriormente en su marido.

En 1951 expone en la Galería Sapi de Palma de Mallorca junto a seis de los indalianos, con las obras “Jarrón de Mallorca”, “Consuelo la Gitana” y “Flores y frutas”. Ese mismo año participa en la I Bienal Hispano Americana de Arte, celebrada en la Biblioteca Francisco Villaespesa de Almería con las pinturas “Su primera misa”, “Figura” y “Bodegón”.

En 1952 participa en la Exposición Colectiva de Pintura Almeriense con las obras: “Bodegón de la cortina azul”, “El gallo” y “Cabeza”. El jefe nacional de la Obra Sindical de Educación y Descanso le escribe a Perceval comunicándole los artistas admitidos en la II Bienal, y entre ellos figuraba Paquita Soriano, la única mujer. Las obras seleccionadas fueron: “Dentro y fuera”, “Esa señorita”, “La comida”, y “Cosas”.

Al año siguiente participa en la exposición colectiva de Pintura Indaliana en la biblioteca Francisco Villaespesa con las obras: “Dentro y fuera”, “Cosas”, “Nudo urbano”, “María y Raquel” y “Aquella señorita”. Esta misma exposición fue llevada a Zaragoza (Sala Libros), Málaga (Sociedad de Amigos del País) y Barcelona (Galerías Layetana). La crítica del Noticiero Universal destaca, además de ser la única mujer participante, la calidad del cuadro “La comida”.

En 1955 obtuvo el título de profesora de Dibujo, ejerciendo en calidad de interina la cátedra de dibujo en la Escuela de Comercio de Almería desde 1955 a 1958. Posteriormente, se trasladó a Torrelavega (Cantabria) y trabajó como profesora interina de la cátedra de dibujo en el Instituto Nacional de Enseñanza Media Marqués de Santillana (1959 a 1972). Ejerció también como profesora en otros centros de la ciudad de Torrelavega, como la Escuela de Maestría Industrial (1963-66) y el IES Besaya (1972-75). En 1974 pasó a ser profesora agregada de dibujo en Reinosa y después en Torrelavega obteniendo la cátedra en 1979. Solo volvió a exponer en 1964, en la Exposición Antológica de Pintura Indaliana, 25 Años de Paz, con las obras: “Mariquilla”, “Ropa en la Chanca” y “Mosaico”. En el catálogo de la exposición aparece junto a la pintora Carmen Pinteño.

Casada con Demetrio Cascón Martínez (Trujillo, 1929 - Torrelavega, 2015), tuvo cinco hijos: Francisco, Ana, María, Demetrio y Alberto. Después de 40 años de dedicación a la docencia, durante los cuales no volvió a exponer, Paquita se jubiló en 1995. Posiblemente su dedicación a la docencia y el volcarse en su familia motivaron su temprano abandono de la pintura, dejando una profunda huella en la Almería de la década de los 50.

 

Bibliografía: