Comenzó de forma autodidacta con 9 años, para pasar a ser discípulo de Arcas, formándose en Almería y en Cádiz. Lo vemos después dedicarse a una carrera de concertista actuando en Argelia y toda España, tocando delante de los reyes de España, en Madrid, y los de Portugal, en Lisboa. Junto con otros guitarristas (Juan Pujol Cassinello y Juan Robles López), gozó de cierta fama en los ambientes musicales almerienses, teniendo ocasión de actuar con Julián Arcas durante su autollamada “segunda época” (1872-1880), la de su retiro en la calle Granada. Están documentados sus conciertos públicos y privados en Francia, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Argelia e Iberoamérica, que confirman el carácter internacional de su carrera. Como dato curioso, formó en Madrid una orquesta de doce señoritas, realizando con ellas giras por Puerto Rico, Cuba y las demás Antillas, usando un instrumento personalísimo, la “guitarpa”. Aprovechó para instalarse en La Habana, donde vivió cinco años. A su regreso de Cuba lo vemos instalarse en La Coruña, luego en Madrid, donde funda la primera sociedad guitarrística que presidirá durante algún tiempo. Reside después en Barcelona, en Gijón, en San Sebastián y en Madrid, donde fallece. En cada una de estas ciudades desarrolló una importante actividad concertística y docente, siendo, por ejemplo, en San Sebastián, el primer maestro del famoso concertista Regino Sáenz de la Maza, dedicatario del célebre Concierto de Aranjuez. Sus obras publicadas a principios de los años 90 del siglo XIX en Madrid, por Zozaya, y en Barcelona, por Juan Ayné, están ubicadas en el repertorio académico de influencia popular y tienen un gran interés para el estudio del nacionalismo guitarrístico finisecular.