Al fallecer el 22 de diciembre de 1908, la prensa local publicó obituarios extendiéndose en elogios hacia la figura de Bernabé Gómez Spencer: “La noticia de su muerte cundió rápidamente por la ciudad y todos sentimos a la par esta gran desgracia que priva a Almería de uno de sus hijos más notables por su talento, su cultura y su honradez… Desde hacía pocos días estaba enfermo; una traidora dolencia le acometió de improviso… Al frente de sus oficinas de la Jefatura de Minas llevaba el orden y la iniciativa, distinguiéndose en trabajos científicos y estudios e informes técnicos, que muchos de ellos han sido publicados en revistas facultativas. Amaba a Almería como pocos, dedicándose al estudio de sus problemas más palpitantes con singular interés. Y ora estudiando a diario su clima, lluvias y dirección de sus vientos para obtener deducciones científicas, lo que traducía en una nota diaria que con gran complacencia publicaba La Crónica Meridional ya contribuyendo eficazmente al establecimiento del hospital de sangre (con motivo de la guerra en Melilla), ya aportando su labor a obtener para Almería las aguas artesianas, ya, en fin, siendo un almeriense de cuerpo entero, ha hecho por nuestro país, dentro de la esfera en que se movía, mucho bien…”.
En La Crónica Meridional y la Revista Minera publicó en el último tercio del siglo XIX diversos artículos de considerable interés en beneficio de la provincia, “en todas las cuestiones en que sentía herido su amor patrio”, entre ellos los que “ayudaban a difundir las tesis higienistas”. Valga como ejemplo La riqueza minera de la provincia de Almería (Revista Minera, 1900) y La higiene almeriense (cuatro entregas en La Crónica Meridional en septiembre-octubre de 1898).
Nació el 17 de febrero de 1845 en el domicilio de un culto y respetable matrimonio de clase media-alta. La posición acomodada de sus padres, Bernabé y María Dolores, le permitió que tras cursar el bachillerato se marcharse a Madrid a estudiar Ingeniería; carrera concluida con gran aprovechamiento y excelentes calificaciones. En julio de 1871 ingresó en el Cuerpo de Minas, siendo Almería su único destino; alcanzando en breve tiempo la Jefatura de Minas provincial, en la que se mantuvo hasta su fallecimiento en 1908; año en el que había ascendido a Jefe de Administración de 2ª clase. En dicha jefatura tenía como segundo a Alfonso Fernández, figurando en ellas los también ingenieros Antonio Melián y Enrique Vargas.
Casado en primeras nupcias con Elena Spencer Rabell y en segundas (al enviudar) con la hermana de esta, María, a la que superaba en 25 años. Fue padre de cuatro hijos: Gustavo, militar del Arma de Caballería y laureado jinete deportivo, que falleció durante una competición hípica; Elena, militante socialista, aspirante a un acta de congresista en las Cortes al instaurarse la II República, es la primera almeriense licenciada en Medicina y Cirugía, que falleció en Tánger; y ya con su segunda mujer, María, tuvo a Alejandro, que ingresó en el ejército como piloto en el Servicio de Aeronáutica, exiliado al finalizar la Guerra Civil, estaba en posesión, entre otras distinciones, de la Legión de Honor francesa; y Virginia, que se casó con el arquitecto vasco Antonino Zobarán.
Bibliografía:
Sánchez Picón, A., La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936), Almería 1992.