José GÓMEZ ABAD


GÓMEZ ABAD, José (Pechina, 1904 - Almería, 1993). Pintor.


      Conocido por el pintor de las uvas y sus conseguidos bodegones, ha llegado a ser profeta en su tierra y es considerado como uno de los pintores figurativistas más reconocidos de la Almería del XX. De pequeño acudía a una academia de arte situada en la calle Real, pero dejó pronto las clases para incorporarse al trabajo; esta carencia de formación reglada le ha conferido siempre la definición de autodidacta que él mismo ha proclamado. El trabajo no le satisface del todo y, ya en 1931, marcha a Madrid, donde empieza a pintar. A su vuelta decide exponer en un comercio de Almería y, en 1936, aprovechando un viaje a Barcelona, expone por primera vez en la Galería Layetana. Estalla la Guerra Civil y tiene que dejar todo para trasladarse a Valencia y, de ahí, a Almería. Tras la contienda, vuelve al trabajo y marcha a Barcelona (1941) con 6 cuadros que vende rápidamente de nuevo en la Galería Layetana. A su regreso a Almería decide dejar el trabajo para dedicarse por completo a la pintura y, en 1942, vuelve a Barcelona con gran éxito de público y crítica. En los años 40 sigue mostrando su obra fundamentalmente en Barcelona, en la Sala Augusta o en la Galería Layetana. Una de sus primeras exposiciones en Almería fue en 1942, en el salón de la Delegación Provincial de la Vicesecretaría de Educación Popular. Ya en estas primeras obras se apuntala su estilo definitivo: bodegones de frutas o caza, donde incluye elementos marinos. El perfil de su dibujo con el tiempo se va consolidando y tomando el virtuosismo que le ha caracterizado. Jesús Perceval, en los comienzos del Movimiento Indaliano, le incluye en las primeras exposiciones colectivas que realizaron e incluso expuso en la muestra Indaliana del Museo Nacional de Arte Moderno (Madrid, 1947). Sin embargo, los postulados estéticos indalianos estaban lejos de las “naturalezas muertas” de Gómez Abad, de su falta de impregnación en la luz mediterránea; y su separación ideológica e incluso cronológica, ya que era mucho mayor que el resto de los pintores. Quizás por ello deja de considerarse como tal y sigue fiel a su línea bodegonista, donde hay algo más que una exactitud copiativa, recreándose en rugosidades, fragancias y texturas. Muchos objetos son su fuente de inspiración: cestos, manteles, mariscos, muebles, caza, flores..., pero destacan sus frutas y, sobre todo, las uvas a las que, con indudable maestría, presenta plenas de cromatismo, transparencia y sencillez, donde la pulcritud y el esmero traspasan la propia realidad del racimo.

      En 1952 realiza una exposición en la Biblioteca Villaespesa de Almería donde utiliza fundamentalmente las tintas grasas, dibuja sobre una plancha metálica de superficie lisa con tinta de imprenta y de ahí se estampa sobre el papel. A esta obra única se le denominaba “monotipo”. Entre los años 50 y 70 expone en numerosas ciudades: Granada, Vitoria, Barcelona, Zaragoza, Bilbao (1969)... y, naturalmente, en Almería, en el Casino Cultural, Círculo Mercantil... siempre fiel a sus principios estéticos de pintor detallista, creando verdaderas miniaturas de gran formato. En 1962 obtiene la Palma de Bronce en el primer concurso de pintura del Sureste de España, en Elche.

      En Almería sus exposiciones se cuentan con total éxito de público y crítica, celebrando la mayoría de ellas en agosto, por lo que sus pinturas, van adquiriendo año tras año un marcado carácter cosmopolita. En 1979 se realiza una antológica de su obra, a la que se le da el carácter de sus “bodas de oro” en la pintura, que se transformó en homenaje a su figura personal y artística, recibiendo artículos laudatorios de los críticos más importantes de la época. Con tal motivo se edita un Cuaderno de Arte monográfico con 140 páginas de textos y fotografías que recogen todo su bagaje artístico, junto con comentarios y críticas de los comentaristas de arte de la época. Su pintura parece no pasar de moda y sus cuadros, con ligeras variantes, siguen siendo una gran atracción para el público de Almería. La sala Harvy de Almería recibe varias exposiciones en la década de los setenta, destacando por lo inusual una celebrada en 1976 donde predominan los paisajes de cortijos y pueblos serranos.




Jarro azul y claveles (1977)
Bodegón con libros (1968)
Uvas de Almería (1966).
Uvas y granadas (1974)
Traje de luces (1971)


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