Hijo de Olallo Morales Sierra, alcalde de Almería en 1865, y de Teresa Lupión Padilla. Representa a un descendiente de la adinerada burguesía almeriense, gracias a los negocios mineros y comerciales del siglo XIX, que se interesó por las ideas liberales y que se aprovechó de las posibilidades económicas familiares para obtener una cierta formación y recorrer buena parte del continente europeo. Sus estancias en el extranjero le facilitaron que fuera nombrado por la I República secretario de la Embajada en Roma (1873). Se casó con la sueca Zelma Wilskman, con la que tuvo cuatro hijos. Los problemas económicos le obligaron a volver a Almería en 1878, donde se presentaba como astrónomo, físico y geólogo. Colaboró en importantes proyectos de la economía y sociedad almeriense, como el trazado del ferrocarril Linares-Almería o en la conocida excursión científica a Sierra Nevada (1880), publicando diversos artículos científicos en la prensa local, especialmente en La Crónica Meridional. Destaca, sobre todo, su contribución al malogrado ingenio de azúcar (1881-1888), del que fue director. Murió joven, a causa de una tuberculosis que arrastraba hacía bastantes años. Su mujer y sus hijos se trasladaron a Suecia, donde se desarrollaron unas fecundas generaciones de Morales, entre los que destaca el reputado compositor de música, su hijo, Olallo Morales Wilksman.