El apodo por el que fue conocido Abú Abdállah Muhámmad b. Abdalmálik, an-Nahwi (el gramático) indica que debía de dar una gran importancia a esta materia en sus clases, si bien él fue conocido por su labor de jurista, materia en la que tenía dotes para debatir. Ejerció de maestro, señalando sus biógrafos que la gente acudía a seguir sus enseñanzas.

En su haber hay que anotar el compendio que realizó de la Mudawwana (La recopilación clasificada) del tunecino Sahnún, una de la piedras angulares del derecho malikí, que fue el que se impuso en al-Andalus.

Debió de ser uno de los muchos agentes de la arabización e islamización que se intensificó en el siglo X.

Llevó el gentilicio árabe de al-Jawlani, clan de los árabes del Sur encuadrado en los Banú Murra y de los que consta que se asentaron en la cora de Elvira, a la que perteneció el territorio de Pechina/Almería. También los hubo en torno a la Qalaat Jawlán, fortaleza fundada en la conquista de al-Andalus en el camino entre Algeciras y Sevilla, que hay que identificar con Alcalá de los Gazules. En su caso, la corta cadena genealógica hace pensar que portó el gentilicio por relación de clientela, pues debió de ser un hispano cuyo padre se islamizó, quizá a finales del siglo IX, bajo el nombre de Abdalmálik y él nació ya musulmán, por lo que sería considerado muladí.

Falleció, unos años después de perder la vista, en 974-75, por lo que no pudo conocerlo en persona su biógrafo, el cordobés Ibn al-Fáradi, cuando pasó unos años más tarde por Pechina.