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Los pueblos más recomendados para visitar este verano

Aunque no podríamos decantarnos por los 103 municipios de la provincia (con permiso también de Fuente Victoria), ya que todos ellos tienen sus encantos, hoy sí que os traemos una lista de los 20 más recomendados por viajeros y turistas para esta época estival:

1.- Adra, la tres veces milenaria: Este pueblo pesquero de las Alpujarras almerienses (los pueblos blancos de Almería) tiene tres mil años de antigüedad, lo que se aprecia en sus vestigios de diferentes culturas. En el cerro de Montecristo hay restos de un asentamiento fenicio. Junto a la ermita de San Sebastián encontramos las ruinas de una antigua manufactura romana de garum. De tiempos más recientes remueven sensaciones sus refugios antiaéreos. Entre su rica gastronomía, el plato más típico es el pulpo seco. Pero si algo destaca en Adra son sus albuferas, uno de los pocos humedales del desértico sudeste español; y un paraíso para los amantes de la ornitología. Sus lagunas están rodeadas por invernaderos, islas de agua dentro del mar de plástico..

2.- Aguamarga, blanca y explosiva: Se trata de otro de los pueblos más bonitos de Almería de color blanco. Además, su ubicación privilegiada junto al mar Mediterráneo y en el Parque Natural de Cabo de Gata – Níjar la convierten en un escenario espectacular. Es muy interesante visitar Mesa Roldán, un antiguo volcán en cuya cima hay instalado un faro y una torre vigía. En la cercana Vera se encuentra una de las playas más icónicas de toda la provincia, entre calizos cabos de formas inusuales.

3.- Almócita, pintada en grafitis: Nos encontramos ante probablemente el pueblo más diferente de la Alpujarra almeriense. Además de mantener su conformación de estilo musulmán, con estrechas callejuelas en zigzag que suben y bajan, las fachadas de sus casas encaladas han sido decoradas con versos de poemas y murales elegantes. Esto ha convertido a Almócita en un verdadero museo al aire libre en Almería; una obra de arte en la que participó todo el pueblo, con resultados y reclamos sorprendentes que la convierten en un must en nuestra ruta.

4.- Fondón, pueblo minero: De gran tradición minera, de agricultura y de cría, Fondón late en el corazón de la Alpujarra de Almería. Como ocurrió en toda esta área, tuvo un punto de inflexión tras la rendición árabe, momento en el que fue despoblado y posteriormente repoblado, principalmente por moradores de las proximidades lindantes con Jaén. Uno de los atractivos principales de Fondón es el Palacio de las Godoyas, un edificio del siglo XVII con un bello patio interior y un huerto.

5.- Garrucha, con “ga” de gambas: Garrucha es a menudo dominada por la importancia turística de Mojácar. Esto, lejos de ser una debilidad, es una virtud que otorga más calma. Mismos paisajes, pero experiencias más relajantes y menos caóticas. Aquí se puede disfrutar de los pequeños placeres de la vida como tomar el sol en una hermosa playa de arena, respirar paz mientras navegas el Mediterráneo, o emocionarte con los sabores del mar. De hecho, la gamba roja de la Garrucha es exquisita. Degustar estos crustáceos debe ser uno de tus objetivos al visitar la provincia de Almería.

6.- Laujar de Andarax, pegada al río: Es la capital de la zona. A pesar de esto, tan solo cuenta con 1.500 habitantes. Laujar está muy ligada al río Andarax, y al elemento acuático en general. De hecho, el pueblo está salpicado de fuentes, que embellecen aún más sus floridos rincones. Su edificio más singular es la Iglesia de la Encarnación, del siglo XVII, conocida como la Catedral de la Alpujarra (imprescindible que ver en la provincia de Almería). Llama la atención tanta majestuosidad en ese entorno tan rural; es de estilo mudéjar por fuera, y barroco por dentro.

7.- Lucainena de las Torres, la de las seis torres: Nos encontramos ante uno de los pueblos con más encanto de la provincia almeriense. La villa estaba rodeada por una muralla con 6 torres que hacían de protección a la principal, de ahí su nombre. Como un lienzo en blanco lleno de flores se dibuja Lucainena de las Torres.  Las mejores vistas se consiguen desde el mirador el Poyo de la Cruz. Su monumento estrella es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Montesión, del siglo XVI y construida sobre una mezquita árabe. Hay que probar los gurullos, una especie de migas mojadas y fritas en manteca.

8.- Mojácar, más que mujeres y mojitos: Mojácar es uno de los pueblos más turísticos de Almería. Se encuentra a poco más de 2 kilómetros de la costa y sus fantásticas playas. Hoy en día se compone de dos partes, la histórica en el interior de las colinas y la de la costa, moderna y turística. Este territorio ha estado habitado desde la Edad de Bronce. Fenicios, cartagineses, griegos y romanos se establecieron aquí aprovechando la posición estratégica favorable en el Mediterráneo. Es sin embargo bajo la dependencia del Califato de Córdoba cuando Mojácar experimentó su periodo de mayor esplendor. De hecho, ha quedado en la ciudad una huella indeleble de su pasado musulmán. Mojácar tiene a su disposición 17 kilómetros de costa, desde Garrucha hasta la frontera con el Parque Natural Cabo de Gata – Níjar. Las playas de Mojácar se dividen en dos categorías: urbanas y naturales protegidas.

9.- Olula del Río, puro arte: Parece increíble que en un pueblo tan pequeño quepa tanta cultura. Desde el Museo del Pintor Ibáñez, genuino olulense, a la Galería Fotográfica del barrio obrero de Olula de La Chanca, que te traslada a la otra punta del mundo sin salir de Almería. Por no hablar de sus famosos bustos humanos en blanco. Si hay un momento especial en el que visitar esta localidad, es durante las fiestas de San Sebastián y San Ildefonso, cuando se produce la cofradía lanzando roscos de pan desde los balcones, y las espeluznantes carretillas de fuego. Uno de los pueblos de Almería más diferentes.

10.- Vélez Blanco, uno de los pueblos más bonitos de Almería: La capital del antiguo marquesado, Vélez Blanco es uno de los pueblos favoritos de Almería. No sé si será por su castillo del siglo XVI (del que arrancaron un trozo enorme para llevárselo al Museo Metropolitan de Nueva York), por las vistas con el monte de La Muela de fondo, o por sus cuevas y abrigos, como la de Los Letreros, de las que aparecieron los símbolos rupestres de la provincia de Almería, el Índalo y el Brujo.